Salvador SEGUÍ
(1887-1923)
ANARQUISMO Y SINDICALISMO
Conferencia
pronunciada en el la prisión del Castillo de la Mola (Maó
- Illes Balears), 31 de diciembre de 1920
Es
creencia general que el sindicalismo no significa nada. Los equívocos
que alrededor de esta negación se han formado son tantos,
y algunos de tal magnitud, que conviene, de una vez para siempre,
deshacerlos, destruirlos.
Que
el sindicalismo no es nada, no sería nada, sin la espiritualidad
irradiada del anarquismo, como afirman algunos, es condicionalmente
verdad. Pero sólo condicionalmente.
QUÉ
ES EL ANARQUISMO.
El anarquismo es una gradación del pensamiento humano.
Diríamos, mejor, que es la gradación más
alta del pensamiento humano. Es una consecuencia lógica
de las diversas fases que, a través de los tiempos, han
sufrido las ideas, pasadas por el filtro del sentimiento.
Todas
las ideas no son nada sin las personas que las crean. Si las personas
no las creasen, no existirían. Por lo tanto, pues, las
ideas han sido determinadas por las personas.
La
anarquí, repitámoslo, no es anterior al ser humano,
porque si fuera así, los anarquistas dejarían de
ser, espiritual y moralmente, lo que fueron y lo que son, para
rendir culto fanáticamente a lo sobrenatural.
En
este caso no se distinguirían los principios anarquistas
de los deístas.
Y,
precisamente porque las ideas son creadas por el ser humano, concebidas
por el ser humano, tienen consistencia y valor humano. En caso
contrario, ya lo hemos dicho, nada serían; nada valdrían.
Serían, sí, un valor negativo. Serían una
negación de la conciencia de las personas. Concretemos.
Cualquier
idea que no pase o que no haya pasado por los procesos de la evolución
no es más que elucubraciones mentales.
El
anarquismo tuvo que pasar por este proceso evolutivo del que hablamos.
Si no fuera así, no se concebiría la anarquía
como manifestación humana.
Tenemos
que tener en cuenta también otra cosa. Que todas las ideas,
tanto las más modestas como las más atrevidas, han
sufrido este proceso de evolución. Lo demuestra el hecho
que ni una sola de las concebidas ha sido llevada a la práctica,
se ha plasmado en realidad, en su concepción primitiva,
en su integridad y pureza. Así las religiones; así
todas las concepciones filosóficas, económicas y
políticas. Así nuestras ideas.
Hasta
incluso algunas, de la concepción a la realización,
han dejado en el tránsito pedazos de sus principios.
Ahora
bien. Con cuanta más fe luchemos y cuanto más integramente
sea planteada la lucha, más pronto y más felizmente
se llegará a la realización de las ideas. De lo
contrario, tardarán más a realizarse cuanto más
indiferentes seamos.
Pero
tengamos en cuenta también, no lo olvideis, porque el desengaño
sería funesto, que las ideas pierden la integridad de la
concepción originaria, de la misma manera que todas las
ideas se bifurcan, con tal que se puedan llevar a la práctica,
más o menos tarde, por los nuevos caminos abiertos, el
de realización más inmediata.
Una
idea puede dar margen a nuevas concepciones ideológicas;
a nuevas exposiciones. Puede ser motivo para crear organizaciones
que, basándose en la concepción espiritual de la
misma idea, cree de nuevas. Y aunque fundamentalmente no sean
las mismas, no se pueden diferenciar en nada.
QUÉ
ES EL SINDICALISMO.
Eso pasa con el sindicalismo. Porque el anarquismo, asentemos
esta afirmación, da lugar al sindicalismo.
El
sindicalismo es la base, la orientación económica
del anarquismo. Digamos que es la concepción. La anarquía
no es un ideal de realización inmediata.
No
lo limita nada. Por su extensión espiritual, es infinito.
Para su implantación, no tiene lugar ni tiempo. En el orden
social de las ideas, las personas no conseguirán dominarlo
nunca.
Hagamos
otra afirmación referente al anarquismo, y es: que siendo
la concepción ideal de la vida de las personas, no llegará
a tener realización, porque es una perfección tal
de pensamiento que por tenerla hace falta pasar por fases del
definitivo.
Al
contrario de lo que ha pasado con las religiones positivas, que
dieron formas tangibles a todo aquello que se propusieron que
las tuviera, el anarquismo, por los motivos antes expuestos, no
lo pude hacer.
Admitiendo
que el anarquismo, a través de los tiempos, pudiera ser
una realidad, no dudeis que -antes- dará margen a la creación
de otras concepciones y otras escuelas, nacidas, evidentemente,
de la concepción primitiva de la Idea.
El
anarquismo no llegará a hacerse realidad en su verdadera
filosofía. Sería tanto como definirlo y matarlo.
Y eso, no.
El
anarquismo no tiene un origen material. No nace en un punto para
morir en otro. Es propio de la inteligencia y del sentimiento.
Es la suma, como decíamos, de perfecciones humanas.
Por
eso, anarquismo es ya individualismo. De la misma manera que aquel
ideal en su integridad es individualista, hay también la
concepción colectivista que acepta las cosas más
fácilmente realizables del anarquismo.
Es
innegable, por tanto, que nuestra organización, que el
sindicalismo, es hijo espiritual del anarquismo ¿Y qué
significado tiene el sindicalismo?
Históricamente,
es el resultado y una condensación del proceso del pensamiento;
ideológicamente, es la condensación del pensamiento
al cual dieron vida los compañeros de la Interrnacional;
práticamente es el arma, es el instrumento del Anarquismo
para llevar a la práctica aquello más inmediato
de su doctrina.
Dicen
que el sindicato no es nada. Se niega el valor del sindicato.
Esta afirmación es un error. El sindicato es. Es cerebro.
Cerebro y brazo. No se puede comprender el uno sin el otro. Creo
que los anarquistas pueden estar orgullosos si el sindicalismo
y su instrumento, el sindicato, plasman en realidad alguna o algunas
de las concepciones del Anarquismo. El sindicalismo tiende a usufructuar
las prerrogativas que le son propias en el orden social.
Es
claro que el sindicalismo no es anarquismo. Pero sí que
es una gradación del anarquismo.
También
se dice que el sindicalismo no tiene ideas propias. No es cierto.
Es un error más en otra afirmación.
En
los congresos celebrados en los años 1910, 15, 16, 18,
19, el sindicalismo llega a precisar que se amparará de
los instrumentos de trabajo. Y cuando se habla de la idea práctica
del comunismo, se dice que eso es anarquismo. Sí, bueno
bien. Pero ¿de qué instrumento se valdría
el anarquismo para conseguir la realización de su postulado
económico? Del sindicato ¿verdad?
El
anarquismo da alma y espíritu al sindicalismo. Pero que
nadie dude que el sindicalismo es una promesa y una garantía
para la precipitación de las ideas anarquistas.
¿Quién
niega que el sindicalismo plantea y resuelve el problema económico,
problema de los problemas? ¿Quién osará negar
que el sindicalismo revolucionario y libertario, en su concepción
económica, quién dudará, quién negará,
repito, que sea el auxiliar poderoso y eficaz del anarquismo?
Helo
aquí la virtualidad del sindicalismo. Por esta razón
no estamos de acuerdo con los socialistas. Ellos hacen hombres
que no creen en su personalidad.
Los
socialistas, con la obra que realizan retrasan el momento de la
posesión integral de las prerrogativas sociales de la humanidad.
Mientras haya quien crea que los problemas no los hemos de resolver
por ellos mismos, delante de ellos mismos, , sino que su solución
depende de los otros, el ser humano no hará nunca nada.
Quien crea en la organización es un esclavo.
La
virtud del sindicalismo, como tiene ideas propias, es revelar
y substituir los factores del capitalismo y de la burgesía.
La
organización profesional del sindicalismo, orientado en
un sentido revolucionario y libertario, se acerca al anarquismo.
Sindicalismo
es la agrupación natural de los elementos de una misma
profesión. Éste no solamente sustituirá los
valores burgeses y capitalistas, de los cuales he hablado antes,
sino que dará garantías de moralidad y personalidad
no dadas, hasta ahora, por ningún régimen burgués.
El
sindicalismo, digámoslo ya, es la avanzada del anarquismo.