HANS
JONAS (1903-1993)
VOCABULARIO BÁSICO
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ASCETISMO
A propósito de la carrera desenfrenada de consumo, que se
debería poder controlar si se quiere preservar la naturaleza,
Jonas evoca la posibilidad del ascetismo. El ascetismo de los primeros
siglos de la era cristiana se justificaba por la creencia en el
más allá de una religiosidad transcendente; ahora
sería necesario un ascetismo de nuevo cuño, ante el
peligro para la continuidad de la vida. Pero Jonas es escéptico
ante la posibilidad de que los humanos prescindan de sus pequeños
intereses inmediatos y privilegien una causa que ven demasiado lejana.
COMUNISMO
«El principio responsabilidad» termina con una filosofía
política bastante problemática, que encendió
las iras de Popper, porque defiende la posibilidad de que una dictadura
comunista permitiría tomar más fácilmente las
mediadas necesarias para preservar el medio ambiente. De ahí
su horror al descubrirse tras de 1989 que la polución en
los paises del bloque exsoviético era mucho peor que en las
democracias liberales.
DEMOCRACIA
La victoria del liberalismo sobre el comunismo, según Jonas,
no prueba que sea mejor para resolver los problemas ecológicos
de nuestro tiempo. En el fondo, Jonas es profundamente escéptico
sobre la posibilidad de que un sistema basado en el aumento de la
riqueza, que no puede lograrse sino a costa de la naturaleza, sirva
para preservar el medio ambiente. Para lograrlo es imprescindible
que la ciudadanía acepte “sacrificios duraderos”
como se dice textualmente en «El principio responsabilidad».
En politica, Jonas estaba cercano a las posiciones del SPD (partido
socialdemócrata alemán).
DESMITOLOGIZACIÓN
Concepto propio de Rudolf Bultman que fue, con Heidegger, uno de
los maestros de Jonas. En principio hace referencia a la teología,
pero pude aplicarse a toda la filosofía. Es un método
para interpelar los textos, “desevelando” su contenido
mitológico en dos aspectos mútuamente implicados:
posibilidad y efectividad del mito. Pero, puesto que todo texto
es mitológico, Jonas defiende que la tarea hermenéutica
de la filosofía no culmina jamás.
DIOS
Dios no puede ser pensado según las categorías tradicionales
de la teodicea. Después de Auschwitz no se puede pensar que
sea omnipotente si además debe ser bueno. Al crear, Dios
se desprendió de una parte de su potencia dejando libre curso
a la posibilidad del mal. A partir del momento en que Dios ya no
es omnipotente y autosubsistente, se convierte en un Dios frágil,
sometido a las acciones de los hombres. Por eso mismo, ni siquiera
Dios podría haber impedido la barbarie nazi. Debe recordarse
que la madre de H. Jonas murió en Auschwitz.
ESPERANZA
«El principio responsabilidad» de Jonas es, desde el
mismo título, una respuesta al «Principio esperanza»
del marxista Ernst Bloch. Mientras el utópico cree que el
futuro está por escribir y que todo es posible, la idea de
responsabilidad se plantea una conciencia de las consecuencias de
nuestros actos. La responsabilidad no contiene esperanza, pero tampoco
nos lleva a la pasividad. La filosofía de Jonas es precisamente
un intento de evitar que la humanidad sucumba al apocalipsis y en
este sentido hay una esperanza humanística de fondo en toda
su obra.
FILOSOFIA
Bajo la influencia de las ciencias de la naturaleza, la filosofía
se ha convertido en un ejercicio lógico y analítico,
perdiendo su capacidad hermenéutica. La impotencia conceptual
de un Heidegger sucumbiendo ante el nazismo es una muestra de la
actual bancarrota de la filosofía. Jonas tiende a denunciar
la conversión de la filosofía en una especie de epistemología
universal, extraña al sentimiento del deber universal. Le
preocupa que haya demasiada epistemología y teoría
de la ciencia, en detrimento de los problemas reales y concretos
de los humanos de hoy.
GNOSIS
Jonas como profesor universitario era especialista en filosofía
gnóstica, que para él no constituía ni un resto
mal cosido del cristianismo, ni una degeneración del helenismo,
sino una versión del espíritu oriental en concurrencia
con el espíritu griego. Jonas caracteriza la gnosis por algunos
temas filosóficos que pueden ponerse en relación con
el existencialismo moderno: la ausencia de Dios en el seno del mundo,
el dualismo antropo-cosmológico, etc. El propio Jonas subraya
que es su formación en la escuela de Heidegger la que le
permite realizar tal paralelismo. Jonas, como su amiga y condiscípula
Hanna Arendt, escuchó las clases de Heidegger sobre San Agustín,
tema sobre el que versan las primeras publicaciones de ambos.
IMPERATIVO
CATEGÓRICO El primer imperativo categórico
que nos permite encauzar el futuro es “que la humanidad sea
posible”. Se trata de una exigencia ontológica y de
una obligación hacia las generaciones futuras. La humanidad
de nuestra época no puede considerar la responsabilidad como
imperativo hipotético sin negarse a sí misma. Contra
algunas interpretaciones la responsabilidad no es un problema prudencial
(aristotélico, propio de una “ética de las virtudes”)
sino que tiene un alcance estructural, imperativo. Conviene decir
también que, a diferencia del imperativo kantiano, éste
imperativo jonasiano es colectivo (adquiere su sentido no por una
acción individual o por un mandamiento de la conciencia,
sino por una exigencia de supervivencia global de la humanidad).
METABOLISMO
La biología filosófica de Jonas da gran importancia
al concepto de “metabolismo” (entendido como intercambio
de materia). En tanto que metabólico, el viviente no vive
nunca solamente por sí. Esa es su identidad y su diferencia
respeto a la materia inerte. Y por eso mismo la identidad material
que un ser vivo ofrece a ojos de un espectador en un instante dado
no corresponde más que a ese instante, para cambiarla inmediatamente.
MIEDO
/ TEMOR La “heurística del temor”
es un mecanismo que pretende anticiparse a las catástrofes
ecológicas y al riesgo de desaparición de la humanidad.
Conviene destacar que Jonas habla de “heurística”
(cálculo) del temor –y no de “ética del
miedo”, como a veces le han reprochado sus críticos.
Se trata, básicamente, de hacernos reflexionar sobre el hecho
de que somos responsables de la continuidad de la vida en el planeta;
pero esa responsabilidad no nos impide actuar, sino que nos invita
a hacerlo. Cuando somos conscientes de lo que está en juego
[la continuidad de la vida] comprendemos también el temor
a la destrucción fatal del entorno. Toda la filosofía
desde la Ilustración se ha elaborado por oposición
al miedo, considerado como una herramienta de dominación
en manos del poder, para paralizar la actividad de los humanos.
Jonas, en cambio, asume la idea de que es más fácil
determinar el “mal” que el “bien” en los
actos humanos. No se trata de un miedo pusilánime que paraliza,
sino de un temor que nos obliga a ser conscientes de la responsabilidad
de nuestros actos. Por el hecho de que podemos destruir el planeta,
debemos –en consecuencia– hacernos responsables de la
posibilidad del mal.
NATURALEZA
Para Jonas no es sólo un entorno biótico, o una condición
de posibilidad de posibilidad de la vida, sino el espacio donde
se juega la responsabilidad del hombre. La ética jonasiana
no puede encuadrarse en la “deep ecology”, sino que
resulta fuertemente antropocéntrica. Pero es la prudencia,
más que ningún criterio de imparcialidad o de objetividad
lo que marca la relación con el entorno. De aquí que
no acepte para nada el criterio de Peter Singer sobre los derechos
de los animales, y que incluso polemizara fuertemente con él.
«El principio de responsabilidad» de Jonas apareció
el mismo año que «Ética práctica»
de Singer (1979), pero su concepción de la naturaleza es
radicalmente diversa.
ONTOLOGÍA
Jonas no es un teórico de la “ética aplicada”
sino un filósofo de ascendencia heideggeriana que llega a
la ética desde la ontología. Cuestiones como “¿por
qué debe existir la humanidad?” no pueden resolverse
sin hacer una referencia al sentido del ser. La imagen heideggeriana
del hombre como “pastor del ser” y el concepto de “Dasein”
están en la base de toda la propuesta jonasiana.
ORGANISMO
“Sorpresa ontológica de la naturaleza”, cuyo
ser es su hacer y cuya existencia, duración e identidad son
su propia función. La forma orgánica tiene, en su
relación con la materia, una relación dialéctica
“de libertad en la necesidad”, como dice en «El
fenómeno de la vida »
PODER
/ POTENCIA Concepto central –junto al de “responsabilidad”–
en la filosofía jonasiana. Es el poder que el hombre ha adquirido
sobre la naturaleza, desconocido hasta nuestra época, lo
que le obliga a la responsabilidad y lo que exige una nueva ética.
RESPONSABILIDAD
La responsabilidad es una cuestión ontológica –por
eso constituye un “principio”– pero por eso mismo
es el correlato del poder humano, que ha llegado a un nivel inédito
en la historia humana. Si podemos ser responsables –dice Jonas–
entonces somos responsables. Esta responsabilidad se vincula al
porvenir en la medida en que el futuro de la tierra depende de la
actuación responsable de los humanos de hoy.
TÉCNICA
Contra lo que se acostumbra a decir, Jonas no era particularmente
tecnófobo, aunque su filosofía no pretende ser tampoco
moderna o, ¡menos todavía!, postmoderna. Lo que acredita
el valor de la técnica es, en todo caso, su uso responsable.
UTOPÍA
Toda la filosofía de la responsabilidad jonasiana debe entenderse
por su oposición al “principio utopía”
(Bloch). Mientras que la utopía incluye un optimismo histórico
(“todo está por hacer y todo es posible”) e incluye
la idea de una “escatología realizada” (en forma
de un “gran día”), la responsabilidad no olvida
que el hombre es por sí mismo un individuo construido desde
la ambigüedad, de manera que ningún futuro mejor está
garantizado.
VALOR
Cuando decimos “valor” queremos expresar que algo tiene
una pretensión inmanente a la realidad, que es mejor que
exista a que no exista. El valor expresa una exigencia. Cuando se
habla, pues, del valor de la vida se quiere decir que, ante la vulnerabilidad,
es mejor que exista a que no exista, que hay una exigencia de cumplimiento
de su existencia. Pero la capacidad de responder a esa exigencia
del valor es una función de la libertad, es decir, se trata
de algo que no puede ser ignorado ni menospreciado.
La
filosofía de la vida o “biología filosófica”
que desarrolla Jonas tiene por objeto superar el dualismo que opone
la materia al espíritu. Para Jonas lo orgánico es
una prefiguración del espíritu (tesis que, por cierto,
pertenece también a la tradición católica,
de Teilhard a Boff). De la ameba al hombre lo que se produce ontológicamente
es una ganancia de libertad. Pero cuanto más libertad gana
la vida, gana también en fragilidad: la conciencia de esta
fragilidad está en la base de la filosofía de Hans
Jonas.
VOCABULARIO:
G.
HOTTOIS – M.-G. PINSART (ed.): HANS JONAS, NATURE ET RESPONSABILITÉ.
París: Vrin, 1993
OLIVIER
DEPRÉ: HANS JONAS. París: Ellipses, 2003
MATERIALES
PROPIOS [R.A.]
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