LA MORALIDAD PROGRESISTA
George LAKOFF
(Fragmento de Puntos de Reflexión, Manual del Progresista. George LAKOFF (ed.); ed. española, Ed. Península, Barcelona, 2008; págs. 121–123 ed. original 2006. Trad. Judith Wells)
Para los progresistas -cuyos principios rectores son la empatía hacia los demás y la responsabilidad hacia uno mismo y los demás- los mercados tienen que servir para que la gente sea libre: libre de la necesidad, libre del daño, libre del miedo y libre para satisfacer sus necesidades y hacer realidad sus sueños. En resumen, el papel de los mercados es servir al bien común, permitir que quien trabaja gane un salario digno; ayudar a alcanzar la libertad de la necesidad, del daño, de la ignorancia, de la intolerancia y del miedo; preservar el mundo natural y servir a la democracia.
Los progresistas se centran en aquellos aspectos en los que los mercados se alejan de la idealización, allí donde los mercados no logran cumplir las expectativas y hace necesaria la intervención del gobierno. Teniendo en cuenta los objetivos que atribuyen al mercado, los progresistas son muy conscientes de los fallos y excesos reales o potenciales del mismo y consideran que el gobierno debe intervenir para que los mercados funcionen y sirvan al bien común.
Todo aquello que los conservadores radicales ven como una interferencia nociva del gobierno, los progresistas lo consideran como un apoyo absolutamente necesario para que el marcado alcance sus objetivos:
• La regulación nos protege contra los productos nocivos y el fraude de las empresas irresponsables o criminales.
• La fiscalidad genera un patrimonio común con el que construir infraestructuras comunes que todos necesitamos para hacer realidad nuestros sueños y satisfacer nuestras necesidades. La fiscalidad progresista es justa: los que se benefician más del patrimonio común tienen que pagar más para sostenerlo.
• Los derechos de los trabajadores y de los sindicatos equilibran el poder de negociación de los contratos colectivos y aseguran centros de trabajo seguros, saludables y éticos.
• La acción popular por responsabilidad social por responsabilidad civil es un recurso de protección para disuadir a las impresas irresponsables que causan daños.
Como se ha señalado antes, el principio del bien común es clave: el patrimonio común tiene que destinarse a construir autovías, desarrollar Internet y el sistema de satélites, proteger el sistema bancario, regular el mercado de valores y apoyar el sistema judicial que garantiza el cumplimiento de los contratos. Ninguna empresa podría existir sin el uso de los bienes comunes. Esta infraestructura común es esencial para que los mercados existan y se desarrollen. Y los que se benefician de los mercados tienen la obligación moral de mantener el patrimonio común.
Los progresistas consideran que los mercados sirven a un propósito moral (un propósito moral progresista) Y tienen presente una verdad que la ideología conservadora ignora: los mercados no pueden desarrollarse y servir al bien común sin la intervención constructiva del gobierno. Esto es lo que los conservadores ignoran cuando hablan de “mercado libre”.
(Reproducción exclusiva para uso escolar)