MONTAIGNE:
ALGUNOS TEMAS
Costumbre: Ejerce sobre los humanos un «imperio»;
no sólo son diversas las opiniones, sino que «nada
hay en el mundo tan diverso como las costumbres y las leyes».
De ahí que Montaigne, radicalmente pluralista, defienda
que cada cual ha de buscar su propia identidad entre las diversas
costumbres. Viajar sirve para relativizar las costumbres; pero
en cualquier lugar, «la forma de vida más acostumbrada
y común es la mejor» y ante la imposibilidad de «ver
claro», el mejor partido es seguir la costumbre.
Enfermedad
[Cólico nefrítico –piedra, gravilla]:
«Aprender a sufrir lo que no se puede evitar», el
famoso estoicismo montaigniano tiene mucho que ver con su situación
personal de enfermo de mal de piedra. Por el conocimiento del
dolor, se encuentra en Montaigne proximidad al placer.
Ensayo:
Forma de “pesar” los argumentos para ver
que dan de sí. Todo ensayo tiene algo de “prueba”,
“intento”, de reflexión que no se cierra, que
reconoce la ignorancia como humana condición. Pero el ensayo
es siempre evaluativo: busca el mejor partido. Constituye lo contrario
del “sistema” pero tampoco resulta reducible a “interpretación”.
También es, en tanto que libro, «marquetería
mal ajustada» (III, 9).
Experiencia:
Término de origen médico en la época de Montaigne.
Es «más débil y menos digna que la razón»,
pero tan diversa como ella. De esa misma contradictoria pluralidad
de experiencias surge la necesidad de comprender el mundo.
Filosofía:
Montaigne se presenta como «filósofo impremeditado
y fortuito»: la filosofía no consiste en seguir una
escuela sino en el arte de vivir y de pensar. No afirma poseer
la verdad sino que aspira a ella. El ámbito de lo filosófico
va desde una especie de poesía sofisticada –que no
interesa en absoluto– a una forma de «dulce medicina»
útil para la vida –que le interesa y mucho. No como
estudio sino como forma de vida.
Interpretación:
Hay un grave peligro en la posibilidad de que todo pueda ser interpretado
(que al fin y al cabo era lo que pretendía la teología
protestante y lo que ponía en peligro la paz del país
en la época de Montaigne). La interpretación de
todo, llevada a cabo sin orden ni rigor conduciría a un
«movimiento irregular perpetuo». Los ESSAIS no son
“interpretaciones” sino todo lo contrario: intentos
de encontrar un orden, de valorar los diversos argumentos en un
entorno laberíntico de opiniones.
Libro:
Forma de la vida conceptual. Hay que leer libros sin orden e interpretarlos
en forma astuta, no como materia de estudio. Cada libro es un
mundo. Los ESSAIS son un libro de libros.
Matrimonio:
Convención necesaria y habitual para gestionar la vida
doméstica y la procreación. Al matrimonio corresponden:
«la utilidad, la justicia, el honor y la constancia»
y al amor «el único placer».
Muerte:
No es lo contrario o lo opuesto a la vida sino un «passage»,
en la medida que siempre estamos naciendo y muriendo. Montaigne,
incluso por tradición familiar, detesta la medicina.
Política:
«Comercio de los hombres» en su sentido más
literal: negocio y negociación constante de deseos, honores,
etc... Forma del reconocimiento.
Razón:
Capacidad de interpretar y de buscar el sentido sea por la reflexión
o por la experiencia. Se identifica algunas veces con «discurso
que cada cual forma en sí», pero también incluye
la contradicción del propio discurso. De hecho sin contradicción
no habría razón.
Yo:
La única materia del libro. Para Montaigne «la más
grande cosa del mundo es saber ser uno mismo», (I, 39).
El término «moi» aparece 664 veces en los ESSAIS