Història 
                de la filosofia: Un sonet de J.M.Valverde
               
               Entro 
                en el aula, empiezo a hablar a un ciento
              de 
                caras mal despiertas: por un rato
              sobre 
                sus vidas, rígido, desato,
              cumpliendo 
                mi deber, el frío viento
               
              del 
                Ser y de la Nada, de la Idea
              y 
                la Cosa; la horrible perspectiva
              del 
                vértigo que se ha hecho inofensiva,
              espectáculo 
                gris, vieja tarea.
               
              Si 
                alguno, casi inquieto, se remueve,
              los 
                más sueñan, o apuntan, o hacen ruido.
              Pero 
                basta: es la hora ya. De nueve
               
              a 
                diez, vieron el Ser, ese aguafiestas;
              prosigan 
                su vivir interrumpido:
              yo 
                vuelvo a mi silencio sin respuestas.
               
                José 
                  María VALVERDE
                 
                   
                
              
              Si 
                cadascú té els seus mestres, el meu va ser José María VALVERDE. 
                Aquests apunts han de començar recordant-lo en un poema que (a 
                més) resumeix la vida de molts de nosaltres. Agraeixo als meus 
                alumnes dun vell curs dhistòria de la filosofia haver 
                recollit aquests apunts (que he completat duna manera maldestra). 
              
               
              La 
                nostàlgia de Gràcia. Una imatge romàntica.
              Los 
                dioses de Grecia
              Cuando 
                aún gobernabais el bello universo,
              estirpe 
                sagrada, y conducíais hacia la alegría
              a 
                los ligeros caminantes,
              ¡bellos 
                seres del país legendario!,
              cuando 
                todavía relucía vuestro culto arrebatador, 
              ¡qué 
                distinto, qué distinto era todo entonces, 
              cuando 
                se adornaba tu templo, 
              Venus 
                Amazusia!
               
              Cuando 
                el velo encantado de la poesía
              aún 
                envolvía graciosamente a la verdad,
              por 
                medio de la creación se desbordaba la plenitud de la vida
              y 
                sentía lo que nunca había sentido.
              Se 
                concedió a la naturaleza una nobleza sublime
              para 
                estrecharla en el corazón del amor,
              todo 
                ofrecía a la mirada iniciada,
              todo, 
                la huella de un dios.
               
              Donde 
                ahora, como dicen nuestros sabios,
              sólo 
                gira una bola de fuego inanimada, 
              conducía 
                entonces su carruaje dorado
              Helios 
                con serena majestad.
              Las 
                Oréadas llenaban las alturas, 
              una 
                Dríada vivía en cada árbol 
              de 
                las urnas de las encantadoras Náyades
              brotaba 
                la espuma plateada del torrente.
              (...)
               
              La 
                seriedad tenebrosa y la triste resignación
              fueron 
                desterradas de vuestro alegre servicio,
              todos 
                los corazones debían latir felices, 
              pues 
                estabais emparentados con la felicidad.
              No 
                había entonces nada más sagrado que lo bello,
              el 
                dios no se avergonzaba de ninguna alegría
              donde 
                las inocentes musas se ruborizaban, 
              donde 
                las Gracias se ofrecían.
              (...)
               
              Hermoso 
                mundo, ¿dónde estás? ¡Vuelve,
              amable 
                apogeo de la naturaleza!
              Ay, 
                sólo en el país encantado de la poesía
              habita 
                aún tu huella fabulosa.
              El 
                campo despoblado se entristece,
              ninguna 
                divinidad se ofrece a mi mirada.
              De 
                aquella imagen cálida de vida 
              sólo 
                quedan las sombras.
               
              Todas 
                aquellas flores han caído
              ante 
                el terrible azote del norte,
              para 
                enriquecer a uno entre todos
              tuvo 
                que perecer ese mundo de dioses.
              Con 
                tristeza te busco en el curso de los astros,
              a 
                ti Selene, ya no te encuentro allí,
              por 
                los bosques te llamo, por las olas,
              pero 
                resuenan vacíos.
              (...)
               
              Ociosos 
                retornaron los dioses a su hogar, 
              el 
                país de la poesía, inútiles en un mundo que,
              crecido 
                bajo su tutela,
              se 
                mantiene por su propia inercia.
               
              Sí, 
                retornaron al hogar, y se llevaron consigo 
              todo 
                lo bello, todo lo grande,
              todos 
                los colores, todos los tonos de la vida
              y 
                sólo nos quedó la palabra sin alma.
              Arrancados 
                del curso del tiempo, flotan 
              a 
                salvo en las alturas del Pindo;
              lo 
                que ha de vivir inmortal en el canto,
              debe 
                perecer en la vida.
               
              Friedrich 
                Schiller: Los dioses de Grecia - Der Götter Griechenlandes- 
                
              Traducció 
                castellana de Daniel Innerarity. Poesía filosófica, 
                Ed. Hiperión, Madrid, 
              (2ª 
                ed. 1994).
               
              Los 
                dioses de Grecia; Schiller: materilas per l'anàlisi del 
                poema
              Per 
                què magrada aquest poema?
              Senzillament 
                perquè el text mostra la distància entre el que ens mereixem (ser 
                grecs, viure lestadi estètic) i el que som..
              Vocabulari: 
                
               
                Venus: 
                Nom romà d'Afrodita, deessa de la bellesa
               
                Helios: 
                El sol
               
                Oréadas, 
                Dríadas y Ninfas: Nimfes, divinitats inferiors, filles de 
                Zeus, símbols de la fecunditat de la natura. Les Orèades són pròpies 
                de les muntanyes, les Dríades dels arbres i les Nàiades dels rius.
               
                Muses: 
                Nimfes de les aigües, que van passar a ser inspiradores i protectores 
                de la poesia i de la intel·ligència en general. Eren nou i se 
                les situa en el seguici d'Apol.lo. Calíope simbolitza la poesia 
                èpica, Clio la història, Erato la lírica coral, Euterpe la flauta, 
                Melpòmene la tragèdia, Polimnia la pantomima, Talia la comèdia, 
                Terpsícore la dança i Urània l'astronomia.
               
                Gracias: 
                Nom romà de les Càrites gregues. Són tres (Àglaie, Eufrosine i 
                Talia) dedicades a cantar i ballar en els banquets dels déus.
               
                Selene: 
                La lluna, divinitat femenina protectora del part. Va aconseguir 
                que el seu amant, el pastor Endimió restés eternament jove, tot 
                i que adormit amb els ulls obert per tal que la pogués veure i 
                va tenir cinquanta fills amb ell.
              Qüestions:
              .- 
                En el poema, quines característiques són pròpies dels déus grecs? 
                S'ha dit que la poesia de Schiller és una protesta contra el món 
                on ha desaparegut la petja del sagrat. Hi estaries d'acord? Contraposa 
                les característiques dels déus grecs -tal com apareixen en el 
                poema- a les del déu cristià.
              .- 
                Per què el món grec és el món de la poesia, segons Schiller?
              .- 
                Per què caracteritzaries aquest poema com un típic exemple de 
                Romanticisme?
              .- 
                Quin concepte de veritat apareix en el poema? Et sembla 
                vigent? Per què?
              .- 
                Què significa sublim? Busca la definició que dóna el diccionari 
                Fabra. Diries que la imatge dels déus grecs és sublim? Per què?
               
              La 
                nostàlgia de Gràcia. Poesia del segle XX. 
              A 
                las estatuas de los dioses.
              Hermosas 
                y vencidas soñáis,
              vueltos 
                los ciegos ojos hacia el cielo,
              mirando 
                las remotas edades
              de 
                titánicos hombres, 
              cuyo 
                amor os daba ligeras guirnaldas
              y 
                la olorosa llama se alzaba
              hacia 
                la luz divina, su hermana celeste.
               
              Reflejo 
                de vuestra verdad, las criaturas
              adictas 
                y libres como el agua iban;
              aún 
                no había mordido la brillante maldad
              sus 
                cuerpos llenos de majestad y gracia.
              En 
                vosotros creían y vosotros existíais;
              la 
                vida no era un delirio sombrío.
               
              La 
                miseria y la muerte futuras,
              no 
                pensadas aún, en vuestras manos
              bajo 
                un inofensivo sueño adormecían
              sus 
                venenosas flores bellas,
              y 
                una y otra vez el mismo amor tornaba 
              al 
                pecho de los hombres,
              como 
                ave fiel que vuelve al nido
              cuando 
                el día, entre las altas ramas,
              con 
                apacible risa va entornando los ojos.
               
              Eran 
                tiempos heroicos y frágiles,
              deshechos 
                con vuestro poder como un sueño feliz.
              Hoy 
                yacéis, mutiladas y oscuras,
              entre 
                los grises jardines de las ciudades,
              piedra 
                inútil que el soplo celeste no anima,
              abandonadas 
                de la súplica y la humana esperanza.
               
              La 
                lluvia con la luz resbalan
              sobre 
                tanta muerte memorable,
              mientras 
                desfilan a lo lejos muchedumbres
              que 
                antaño impíamente desertaron
              vuestros 
                marmóreos altares,
              santificados 
                en la memoria del poeta.
               
              Tal 
                vez su fe os devuelva el cielo.
              Más 
                no juzguéis por el rayo, la guerra o la plaga
              una 
                triste humanidad decaída;
              impasibles 
                reinad en el divino espacio.
              Distraiga 
                con su gracia el copero solícito
              la 
                cólera de vuestro poder que despierta
               
              En 
                tanto el poeta, en la noche otoñal,
              bajo 
                el blanco embeleso lunático,
              mira 
                las ramas que el verdor abandona
              nevarse 
                de luz beatamente,
              y 
                sueña con vuestro trono de oro
              y 
                vuestra faz cegadora, 
              lejos 
                de los hombres,
              allá 
                en la altura impenetrable
               
               Luis 
                Cernuda. Invocaciones (1934-1935) 
              Busca 
                antecedents del poema : Poesia romàntica, Hölderlin i Leopardi.
              Pensem
              El 
                trencament entre els déus i els homes.
              El 
                poeta com a mitjançer.
              Sha 
                de tenir nostàlgia de Grècia o més aviat cal tenir nostàlgia del 
                present que no tenim?
               
              La 
                nostàlgia de Grècia. Poesia romàntica: Hölderlin.
              Larxipèlag
               
              Digues! 
                Atenes, ¿on és? Oh, déu carregat de tristesa!
              Daquella 
                ciutat preferida no en queda més que les cendres
              que 
                jeuen damunt de les urnes dels mestres en ribes sagrades?
              ¿No 
                en queda un senyal, cap indici, per tal que aquell que navega,
              passant-hi 
                a la vora, lesmenti i pugui guardar en la memòria?
              ¿Potser 
                no lluïen a dalt de la ciutadella, les formes 
              dels 
                déus? A aquella ciutat, ¿no shi alçaven columnes?
              Sonora, 
                de làgora estant, no hi brunzia la veu ravatada
              i 
                fervent del seu poble? ¿I doncs? ¿No baixaven, amb pressa, els 
                camins, 
              de 
                portes alegres avall, cap al port que tothom beneïa?
               
               Friedrich 
                Hölderlin: LArxipèlag (fragment)- Der Archipelagus- 
                
              Traducció 
                catalana de Jordi Llovet. LArxipèlag - Elegies, 
                Quaderns Crema, Barcelona (1ª ed. 1999).
               
              Els 
                origens de la filosofia
              Teetet: 
                Poso els déus per testimoni, Sòcrates, que la meva sorpresa és 
                inimaginable quan em pregunto què significa això: hi ha moments 
                que, de veritat, pensar-hi em fa venir vertigen.
              Sòcrates: 
                És del tot propi d'un filòsof aquest sentiment de sorpresa. La 
                filosofia no té pas cap altre origen i qui la va fer néixer d'Iris 
                [la Dialèctica] i de Thaumes [la Sorpresa] havia de saber-ne molt 
                de genealogies. Plató, Teetet, 155c
              La 
                filosofia grega sembla iniciar-se amb un disbarat , la proposició 
                que l'aigua és origen i matriu de totes les coses. ¿De debò és 
                necessari aturar-s'hi i prendre-se-la seriosament?. Certament; 
                per tres raons: primera perquè aquesta tesi enuncia quelcom sobre 
                l'origen de les coses; perquè ho fa sense emprar ni lal·legoria 
                ni la fàbula; i tercera perquè comporta, ni que sigui de manera 
                embrionària, el concepte que tot és una i la mateixa cosa. Nietzsche, 
                1873
              És 
                ben cert que no [surto de la ciutat] i espero que sabràs excusar-me'n 
                quan escoltis la meva raó, a saber, que sóc un amant del coneixement 
                i els homes que habiten a la ciutat són els meus mestres, no pas 
                els arbres ni el camp. Plató, Fedre, 230
              Els 
                primers que filosofaren, consideraven tan sols aquells principis 
                que es donen sota l'espècie de matèria. Allò de que els éssers 
                estan constituïts, d'on venen quan arriben a ser i al que tornen 
                quan finalment es corrompen, persistint en ells la substància 
                amb les seves variables modificacions; això és, l'elemental i 
                el principi de tots els éssers. Aristòtil, Metafísica, I, 3
              Werner 
                Jaeger (Paideia) ha destacado algunas características generales 
                de los primeros "filósofos" en contraste con los profetas 
                del pasado: la sosegada indiferencia por las cosas que parecían 
                importantes al resto de los hombres, como el dinero, el honor, 
                e incluso la familia; la atmósfera de ocio y de libertad intelectual 
                en que pudo desarrollarse su espíritu de investigación; el creciente 
                individualismo: se escribe ya en primera persona; el nuevo espíritu 
                crítico: la antiguas autoridades pierden validez, sólo es verdad 
                lo que "yo" puedo explicar con razones concluyentes. 
                Toda la literatura jónica, desde Hecateo y Heródoto hasta los 
                médicos (en cuyos escritos se hallan los fundamentos de la ciencia 
                médica por siglos) se hallan impregnados de este espíritu.
              Salvador 
                Pániker: Filosofía y mística. Una lectura de los griegos. 
                Ed. Anagrama, Barcelona, 1992, p.44