Ofrecemos
uno de los últimos artículos escritos por Edward
O. Wilson. En él, el biólogo norteamericano, comprometido
con la preservación de la naturaleza, explica su apoyo
al proyecto científico The Encyclopedia of Life (La enciclopedia
de la vida), en el que está personalmente implicado
En un sentido, sabemos mucho menos acerca de la Tierra de lo que
sabemos acerca de Marte. La inmensa mayoría de seres vivos
de nuestro planeta está todavía por descubrir, y
desconocemos su importancia para nuestra propia especie. Esta
laguna en el conocimiento es un asunto grave: nunca comprenderemos
ni conservaremos completamente el mundo vivo que nos rodea con
nuestro nivel actual de ignorancia. Volamos a ciegas hacia nuestro
futuro ambiental.
Desde
que el naturalista sueco Carl von Linné (Linneo) inauguró
el sistema moderno de clasificación, hace dos siglos y
medio, los biólogos han descubierto y dado nombres latinizados
a alrededor de 1,8 millones de especies de plantas, animales y
microorganismos; se trata de un número impresionante, pero
probablemente es el diez por ciento, o menos, del total. Estimas
aproximadas del número de especies que quedan por descubrir
van de los 10 millones a más de 100 millones.
Pero
un nuevo proyecto en biología, una ambiciosa empresa para
crear una base de datos nueva y vasta de las especies conocidas,
hará posible descubrir el restante 90 por ciento de especies
en mucho menos de 250 años, quizá en sólo
la décima parte de este tiempo, una sola generación
humana. El 9 de mayo de este año, un consorcio de instituciones
científicas, desde la Universidad de Harvard [ a la que
pertenece Edward O. Wilson] y la Institución Smithsoniana
al Atlas de Australia Viva, empezó a compilar La Enciclopedia
de la Vida (The Encyclopedia of Life), que un día proporcionará
acceso, a través de un único portal, a todo el saber
sobre los seres vivos.
¿Por
qué preocuparse para llevar a término tal empresa?
Porque cada especie, desde una bacteria a una ballena, es una
obra maestra de la evolución. Cada especie ha persistido,
con su mezcla de genes en lenta evolución, durante miles
de millones de años. Y cada una se halla exquisitamente
adaptada a su ambiente y entrelazada con multitud de otras especies
para formar los ecosistemas de los que, en último término,
depende nuestra propia vida. Necesitamos explorar adecuadamente
la biodiversidad de la Tierra si es que hemos de comprenderla,
conservarla y gestionarla.
Avances
recientes en tecnología y ciencia han hecho posible compilar,
y ampliar, La Enciclopedia de la Vida.El ritmo acelerado de la
secuenciación de los ácidos nucleicos permite a
los científicos leer el código genético completo
de cualquier organismo. Una única especie de virus o de
bacteria puede decodificarse en horas, lo que hace que, al fin,
el inmenso mundo de los microorganismos (la materia oscura de
la biosfera), se halle abierto a la exploración rápida.
La
Enciclopedia de la Vida contendrá una página infinitamente
ampliable para cada especie, con los enlaces que sean necesarios,
que proporcionará todo lo que se sabe de la especie, desde
su DNA hasta su lugar en el ambiente y su importancia para la
humanidad. Asegurará que todo lo que se sabe esté
disponible libremente para todos, en todas partes y en cualquier
momento. Y, lo que es más importante, hará más
rápido el descubrimiento de las especies desconocidas.
Esto
tiene que proporcionar beneficios prácticos inmediatos.
El descubrimiento de especies de plantas silvestres adaptables
para la agricultura, la medicina y otros usos, por ejemplo, se
acelerará, mientras que se podrán descubrir bacterias
y virus causantes de enfermedades, y se podrán controlar
antes de que puedan causar un daño generalizado.
Es
esencial que nos movamos rápidamente, porque los ecosistemas
y las especies están desapareciendo, debido a la destrucción
de los hábitats, a la contaminación, a la superpoblación
y a la caza y pesca excesivas, así como por causa de especies
invasoras tales como la hormiga de fuego, el mejillón cebra,
bacterias y virus. El cambio climático causado por el hombre,
por sí solo, podría eliminar a una cuarta parte
de las especies durante las cinco décadas próximas.
¿Qué
perderemos nosotros y las generaciones futuras si una gran parte
del ambiente vivo continúa desapareciendo? Enormes almacenes
en potencia de información científica no existirán
nunca. Desperdiciaremos nuevas clases de productos farmacéuticos
y futuras plantas de cultivo. Disminuirán servicios ecológicos
tales como la depuración del agua, la renovación
del suelo y la polinización, servicios que equivalen aproximadamente
al producto interior bruto mundial y que los ecosistemas naturales
nos regalan. Será más difícil conseguir la
estabilidad ambiental.
La
Enciclopedia de la Vida es ciencia con un límite de tiempo.
Nos hemos marcado el objetivo de organizar y entrar toda la información
básica acerca de los 1,8 millones de especies en el plazo
de diez años. Se trata de un calendario ambicioso, pero
es importante establecer el proyecto como ciencia grande,a la
par con el proyecto del genoma humano, una prioridad de la biología
que en último término está respaldada a la
vez por el gobierno y por la iniciativa privada, y con la participación
de científicos de todo el mundo. Incluso un éxito
parcial será de valor incalculable para la humanidad, y
para el resto de la vida, para siempre.
TRADUCCIÓN DE JOANDOMÈNEC ROS
Culturas.
La Vanguardia, 7 de novembre de 2007