FRIEDRICH
NIETZSCHE (1844-1900)
NIETZSCHE
Y EL CRISTIANISMO
NOTAS
TOMADAS EN LA CONFERENCIA PRONUNCIADA POR GIANNI VATTIMO EN EL
AULA MAGNA DE LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA
(Ramon
Alcoberro 10 Mayo 2001)
Presentación: Josep Maria Esquirol [profesor titular
en la U.B. y director del Institut de Tecnètica –
Fundación Epson] presenta a G. Vattimo como autor de un
“pensamiento débil” en la medida que se pretende
“reductor de la violencia” y como filósofo
que pretende “repensar la religión”; indica
la influencia que su obra recibió –en sus años
de formación- del personalismo de E. Mounier para dar una
pista de su manera de entender el cristianismo.
Vattimo comienza indicando que esta conferencia la inaugura hoy,
pues “en Barcelona empezó mi fama española”,
y aquí se han publicado la mayoría de sus libros.
Pero, de hecho, es un esbozo que irá puliendo [sólo
tiene escritas tres páginas]. Su conferencia se divide
en tres puntos [los presento en cuatro por una cuestión
de inteligibilidad, pero los dos últimos están unidos]
y un colofón.
1.- Muchos han observado que la relación de N. con el cristianismo
no es sólo de oposición. El cristianismo estaba
profundamente arraigado en él no sólo por razones
familiares (padre y abuelos pastores luteranos). El cristianismo
no es únicamente un objetivo de sus críticas políticas,
sino también un modelo.
El
hecho de que haya en N. una presencia no reconocida del elemento
cristiano es uno de los ejes de mi discurso [de Vattimo]. Ciertamente,
hay muchos textos explícitos de N. renegando del cristianismo,
pero no creo que N. “quisiera decir esto o aquello”.
Lo que alguien quiere decir se percibe sólo poniéndose
en una relación productiva con el autor. Cuando creemos
conocer objetivamente, en realidad interpretamos. Mi lectura de
N. en clave cristiana es muy escandalosa, pero productiva.
2.-
Como otros grandes del pensamiento europeo (Heidegger, especialmente)
N. desarrolla y lleva hasta sus últimas consecuencias en
cristianismo. Para decirlo en términos de K. Barth, N.
destruye la cristiandad, pero no el cristianismo. Se esfuerza
en destruir la cristiandad como tópico socialmente asumido.
El Anticristo puede ser leído como una objeción
a la forma histórica asumida por el cristianismo, a la
convención religiosa
3.-
Sobre la frase de N. “Dios ha muerto”, el dios que
ha muerto es el que hizo posible el contrato social. La civilización
humana, para construirse necesitaba un Dios que hiciese posible
salir de la lucha “de todos contra todos”, que garantizase
salir de la barbarie. “El hombre primitivo reza, y eso lo
civiliza”, porque ese dios le permite poner un orden en
el mundo. Ese es el dios que ha muerto, porque una vez que ya
no hay ningún peligro en la naturaleza tampoco hay necesidad
de ningún dios, padre de la naturaleza, que nos defienda
y proteja. En ese sentido, Dios es una mentira.
Nietzsche
no sólo dice que Dios ha muerto sino que –además–
son los creyentes quienes lo han matado. Generalmente se olvida
la segunda parte: lo han matado porque el propio dios ha hecho
posible la sociedad en que el dios ya no es necesario. Es, por
lo tanto, una muerte de dios productiva. Esa muerte de Dios es
la misma que nos explica el Evangelio, porque para un cristiano,
la cruz es productiva –hace posible la vida.
El
dios que ha muerto es el que provenía de la metafísica
griega en su búsqueda de la verdad del ser. Hay que recoger
aquí la interpretación de Dilthey (en la Introducción
a las Ciencias del espíritu) para quién lo importante
en el cristianismo es “la disolución de la metafísica”.
Para los griegos lo importante es la verdad del ser; para el cristianismo
lo importante –en cambio- es el conocer y el sujeto que
conoce. El cristianismo como religión es el esfuerzo del
conocer. El problema es que, durante siglos, la cristiandad ha
sido muy anticristiana. Los cristianos, por el hecho de que el
poder del Papa sucedía al de los Cesares- creían
que ellos eran los guardianes de una verdad “natural”,
la que provenía de Grecia; el problema es que ese concepto
de “verdad natural” es griego pero no cristiano. Si
los cristianos se lo hicieron suyo es porque así creían
tener un argumento para dominar –también- a los no
cristianos, a través de la doble apelación a la
razón y a la revelación. Así, por ejemplo,
se podía prohibir el aborto, la homosexualidad o el divorcio
con el argumento de que “no es natural”. En la vida
de la Iglesia ha pesado demasiado el argumento de la historicidad.
N.
y Heidegger creen que la única manera de superar la metafísica,
la obsesión por la verdad, es la muerte de Dios. A partir
de ese acontecimiento ya no hay un principio único y evidente
que se debe aceptar. Ese argumento obvio “el hecho natural”,
o existe. N. insiste en que “no hay hechos, sólo
interpretaciones” [en Sobre verdad y mentira en sentido
extramoral]. Nietzsche funda el concepto de “interpretación”,
pero eso es muy cristiano, porque la historia del cristianismo
no es más que la historia de las interpretaciones del cristianismo
–y de las interpretaciones de la figura de Cristo.
4.-
El principio cristiano de la disolución de la metafísica,
N. lo ve también en relación con una situación
histórico política. No es casual que los textos
más radicales contra el cristianismo sean los que están
vinculados a la voluntad de poder.
COLOFÓN:
La Biblia no es un libro de teología, sino una expresión
de la presencia de Dios a través de la caridad. En toda
la Biblia lo que se nos repite es que lo importante es la caridad;
no la fe, ni siquiera la esperanza, ni la verdad (que pertenece
a otro nivel de conocimiento). Hay un error en el cristianismo
que proviene de la adaptación (lectura) cristiana de los
griegos. Es el error de pensar que la beatitud humana consiste
en la contemplación de la verdad, eso es falso y N. lo
había entendido mejor. Lo importante para un cristiano
no es la verdad, sino el liberarse de los ídolos.
La
muerte de Dios es la muerte de la obsesión por la verdad.
La posibilidad abierta a la interpretación. Las autoridades
cristianas creen que son cristianas porque son metafísicas
y eso es un error. El cristianismo es la expresión de una
charitas como fundamento infundado que, por eso mismo, abre la
posibilidad de una hermenéutica.
COMENTARIO MARGINAL [R.A.]: No voy a poner un final a mis apuntes
de la conferencia barcelonesa de Vattimo pero hay cabos sueltos.
Me parece demasiado fácil cristianizar a todos los pensadores
posibles simplemente porque hayan nacido (y respirado) en una
cultura cristiana. Me parece interesante querer liberar al cristianismo
de la experiencia de la ortodoxia, pero eso es más protestante
que católico y puede caer en un subjetivismo un poco bestia.
Finalmente, la muerte de Dios ha sido un tema mal comprendido
porque N insistía en que el Dios muerto no autorizaba a
llenar ese vacío con ídolos; pero eso es -precisamente-
lo que (nos) ha sucedido.